Tras revisar la pluralidad de perspectivas sobre la complejidad, cada cual con su nombre propio, desde el pensamiento complejo al enfoque sistémico y a las ciencias de la complejidad, yo también había decido quedarme a cierta distancia, pero nada es igual después del proceso iniciático documental, ya que las ideas rondan en tu cabeza y empiezas a verlas por todas partes.

Yo tuve la suerte, ya a finales de los años 80, de haber tocado el tema del caos en mi último curso de Físicas. He buscado mis apuntes sin éxito pero, aunque no recuerdo absolutamente nada, me queda la sensación de que me gustó. Hay algo en esta nueva revolución científica, que me no acabo de ver fraguar, que me fascina y creo que es el lenguaje.

Hace tiempo escribí un artículo que hablaba de este tema ¿Qué sería de la ciencia sin metáforas? Además, siempre me ha obsesionado dar nombre a las cosas, ya que un nombre apropiado da identidad y marca la evolución de un proyecto, así lo consideraba también el físico John Wheeler y yo lo reflejé en el artículo ¿Por qué no lo llama agujeros negros? No en vano elegí el nombre de mi blog y mi identidad en Twitter con el afán de unir Ciencias y Letras. Yo sólo quería hablar de libros. Al final de esta entrada podéis ver todos los que he consultado, que tendré que releer con más calma y de los que, a voz de pronto, he sacado muchos términos (sistema, caos, bifurcaciones, irreversibilidad, autogestión, realimentación) cuyo significado en la jerga científica choca con la percepción natural que de ellos se forma en mi cabeza. ¿No será ese el problema?

Dispuesta a no escribir sobre el tema me dedico a las verdaderas vacaciones disfrutando de El País Semanal a la sombra de la parra de mi patio en el pueblo, pero como el caos y la complejidad no dejan de atacarme, se me acercan de nuevo en forma de fotoensayo: “Nada, es fácil” del fotógrafo gallego Vari Camarés, quien tras sumergir la cámara en las aguas cloradas de una piscina lo vio todo claro tras años de desenfocar como nadie. Pero por si esto fuera poco,leo: “Nadamos en piscinas, agua limitada, para sentir que dominamos a la naturaleza. Qué ilusión más tonta. Todo es inesperado bajo el agua, no hay ni un segundo igual a otro. Quien nada fluye con el fluido. La cámara captura casualidades que suceden entre el abandono y el control, entre la respiración y la asfixia, entre la levedad y el peso, entre largo y largo” ¿No os parece una buena definición de complejidad y caos frente a los modelos científicos reduccionistas y lineales? No le falta nada, ni las pequeñas variaciones en las condiciones iniciales, ni la realimentación y repetitividad largo a largo.

Pues bien, tengo la sensación de que todo me indica que debo compartir mis locas reflexiones ya que hasta el último momento me persiguen. Así pues, de nuevo bajo la sombra de mi parra y mientras en casa ven la semifinal femenina de futbol, intento escribir lo que me pasa por la cabeza.

Lo cierto es que, algo frustrada con los textos más científicos, comencé a ver charlas TED sobre complejidad. ¡Sorpresa! lo que más me ha impactado es la capacidad de Van Gogh para representar las turbulencias y la demostración de su precisión matemática. Me imagino una acalorada- entusiasmada charla entre él, Feigenbaum y Lorenz al respecto. ¡Qué maravillosas sinergias entre Ciencia y Artes nos estamos perdiendo!

Mas tarde decidí volver la vista a la Literatura y leí a Borges, primero “Ruinas Circulares” y “El Jardín de los caminos que se bifurcan” después. Me parecía que empezaba a entender mucho mejor estos conceptos y entusiasmada me puse a hablar de ello, porque yo hablo mucho cuando algo me obsesiona.

―Pero, Isabel― me dijo mi marido que es más newtoniano-euclidiano que yo―si esos relatos son anteriores a la teoría del Caos. Cierto, casi 30 años antes de que los científicos establecieran estas nuevas teorías para las que necesitaron de la existencia de ordenadores, ya la literatura nos hablaba de recursividad, de bifurcaciones y de los efectos inesperados de las pequeñas variaciones en las condiciones iniciales. Los sistemas cambian según la mirada y la mirada de las artes sobre la naturaleza, ya sea la pintura o la literatura, es como nadar en el mar en lugar de hacerlo en una piscina.

Pero por si esto fuera poco, llamadme loca, empecé a ver la complejidad, el caos, la irreversibilidad en el mítico poema de Antonio Machado:

“Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.»

¿No hay nadie que quiera hacer una tesis sobre esto?

Bueno, el partido ha terminado y hemos ganado. ¡Enhorabuena!

Ahora toca un buen baño, pero en las aguas del maravilloso río de mi pueblo, el Escabas.


Bibliografia

http://www.librosmaravillosos.com/caos/pdf/Caos_-_James_Gleick.pdf

http://www.librosmaravillosos.com/asidesimple/index.html

http://www.librosmaravillosos.com/tansolounailusion/pdf/Tan_solo_una_ilusion_-_Iliya_Prigogine.pdf

http://www.librosmaravillosos.com/caosfractalesycosasraras/pdf/Caos%20fractales%20y%20cosas%20raras%20-%20Eliezer%20Braun.pdf

Un comentario sobre “Nada, es fácil o el arte de la complejidad

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