A la sombra de gigantes

Leona Woods durante su estancia en Met Lab de Chicago
University of Chicago Photographic Archive, [apf1-11715], Special Collections Research Center, University of Chicago Library

Cada vez que, al comenzar un nuevo ciclo, un reactor nuclear alcanza la criticidad se vive un  momento que, pese a la cotidianidad, sigue siendo emocionante. Pero seguro que no puede compararse con  la emoción de la primera vez en la historia que se consiguió una reacción nuclear auto-sostenida. Por aquel entonces los físicos con experiencia en diseño y operación de reactores eran raros y escasos.

En una pista de squash bajo las gradas del estadio de futbol de la Universidad de Chicago y en el marco de un ambicioso y secreto programa de investigación nuclear -el Proyecto Manhattan- el equipo liderado por Enrico Fermi construyó una pila de uranio y grafito, Chicago pile-1, que alcanzó la criticidad controlada una fría tarde del 2 de diciembre de 1942. Comenzaba así la era nuclear, pero tan solo una mujer, Leona Harried Woods, formaba parte de aquel equipo. Laura Fermi la recordaría como “una joven alta de complexión atlética que podía hacer el trabajo de un hombre y lo hacía bien”.


Leona Woods- Estudiante

Leona H. Woods, la segunda de los cinco hijos de Weighstill Arno Woods y Mary Leona Holderness nació en La Grange, Ilinois, el 9 de agosto de 1919. Desde muy joven mostró grandes dotes académicas logrando graduarse en la enseñanza secundaria a la edad de 14 años. En 1935 comenzó sus estudios en la Universidad de Chicago donde 4 años más tarde, con tan solo 19, obtuvo su licenciatura en Ciencias Químicas. Durante su paso por la Universidad, Leona mostró interés por una gran variedades de actividades. Como jugadora de baloncesto fue elegida capitana del equipo de novatas y como miembro del grupo YMCA del campus participó en acciones de voluntariado en la comunidad

Tampoco ella fue ajena a los prejuicios de género de su época. Aunque, afortunadamente, en su caso tan solo forma parte del anecdotario. “Siendo mujer se morirá de hambre” le advirtió James Franck cuando le pidió que la aceptara como alumna de doctorado. Leona no debió tomarlo muy en serio pues finalmente acabó su tesis –On the Silicon Oxide Bands– bajo la supervisión de Robert Mulliken (premio Nobel en 1966). Woods fue la más joven y la última de sus alumnos antes de la Segunda Guerra Mundial.

A pesar de que la mayoría de sus compañeros decidieron unirse a los esfuerzos de la guerra, quedaron algunos contactos como el físico nuclear Herbert Anderson, quien supo de su pasión y aptitudes por las tecnologías del vació, lo que llevó a que fuera contratada como parte del pequeño grupo de investigación de Enrico Fermi. De nuevo Leona sería el miembro más joven además de la única mujer. El grupo consistía, básicamente, en un conjunto de físicos jóvenes y brillantes que trabajaban y se divertían juntos, como una gran familia. Al atardecer, solían ir a nadar en las heladas aguas del Lago Michigan y la atlética Leona participaba en ello activamente. Fermi solía darles charlas sobre los recientes desarrollos en física nuclear de forma que Woods, encargada de tomar notas, pronto adquirió un buen conocimiento del estado-del-arte de la física nuclear del momento.

Grupo de ingenieros presentes en la primera criticidad CP-1. Woods tercera desde la derecha.
University of Chicago Photographic Archive, [apf3-00232], Special Collections Research Center, University of Chicago Library

Sus aportaciones al grupo y en concreto al experimento de la Chicago pile-1 fueron determinantes. Woods construyó un contador de trifluoruro de boro que utilizaron como detector de actividad de neutrones, paso fundamental para confirmar que la reacción en cadena realmente se había producido.

En 1943, cuando todo el equipo se trasladó al Argonne National Laboratory para supervisar el desarrollo del reactor de Hanford, primer reactor nuclear de producción a gran escala de plutonio para la fabricación de la bomba atómica, Leona contrajo matrimonio con su compañero John Marshall y poco después quedó embarazada de su primer hijo.

La maternidad no supuso un obstáculo. Para evitar que su embarazo la apartara del trabajo, Leona y Fermi acordaron mantenerlo en secreto y ocultarlo bajo amplias prendas de vestir. Su hijo Peter nació completamente sano y la Dra. Woods se reincorporó al trabajo unos días más tarde. El proyecto en el que, tanto ella como su marido, estaban implicados requería una dedicación de 24 horas los siete días de la semana en forma de turnos. La propia Leona lo definía como “bebystitting the reactor”. No cabe duda de que el apoyo de su madre en el cuidado de su hijo fue un aporte esencial para que pudiera continuar con su labor científica. Cinco años más tarde la familia se ampliaría con la llegada de John, su segundo hijo.

Cara B Reactor Hanford

Durante el periodo de Hanford, Woods colaboró con John Wheeler en la resolución de uno de los mayores problemas de la física de reactores. La propia Leona relataba cuidadosamente todos los acontecimientos de aquella mítica jornada en una entrevista realizada en 1986. Todo estaba estudiado para su primer arranque: los operadores tenían manuales, habían repasado sus procedimientos una y otra vez. Se podía ver cómo el agua se calentaba y circulaba por los tubos, las barras de control comenzaron a extraerse más y más. Pero, de repente, algo ocurrió y la reactividad comenzó a disminuir hasta que el reactor se apagó por completo. “Todo el mundo se quedó parado y mirándose entre sí”.

Aquella misma noche resolvieron el problema, el reactor experimental de Oak Rigde, ya había mostrado el mismo comportamiento. Lo habían interpretado como envenenamiento pero no pudieron probarlo. Ahora estudiaron varios venenos y probaron una y otra vez hasta ver cuál encajaba. El Xenón-135 no solo era un producto de fisión, sino que también era un absorbente de neutrones, un veneno que los absorbía más deprisa de lo que se generaban.


Tras la guerra continuó como experta en el Instituto para Estudios Nucleares de la Universidad de Chicago dirigido por Fermi, quien como su mentor tuvo una gran influencia en los primeros trabajos de Woods y direccionó su desarrollo intelectual hacía la física. Aunque continuaron trabajando en proyectos nucleares pronto se movieron hacia el campo de las partículas elementales.

En 1954, coincidiendo con la muerte de Enrico Fermi, el grupo comenzó a disgregarse. Mientras John Marshall regresaba a los Álamos, Leona se convertía en 1957 en investigadora del Institute of Advanced Studies in Princeton. En los años siguientes Woods ocuparía varios puestos con un incremento gradual de su status.

Entre 1958 y 1960 fue miembro visitante del Bookhaven National Lab, cuyo departamento de física patrocina hoy en día el distinguido premio, Leona Woods Lectureship Award, destinado a premiar los logros científicos de físicas sobresalientes, físicos de grupos minoritarios subrepresentados y físicos LGBTQ.

Entre 1960 y 1963 fue profesora asociada de física de la Universidad de New York y en 1963 de la Universidad de Colorado. También actuó  como consultora para los Álamos, TRW Space Systems Group y Rand Corporation, de la que fue nombrada miembro de honor en 1966. Durante este periodo además de por la física de partículas comenzó a interesarse también por la cosmología.

En 1966 su carrera profesional dio un giro en otra dirección, concretamente tras su divorcio de Marshall y posterior matrimonio con Willard Libby, otro antiguo miembro del grupo de investigación de Fermi y premio Nobel de Química por su método de datación por radiocarbono. Convertida en Leona Harriet Marshall Libby se trasladó a California como profesora de UCLA donde ayudó a organizar el departamento de ciencias medioambientales. Aunque continuó con sus estudios de física de partículas, comenzó a interesarse por los trabajos de su segundo marido y mentor. Leona puso especial interés en la determinación experimental del clima de épocas antiguas a partir de los anillos de los árboles. El método desarrollado por Leona, al que denominó Tree thermometer, permite identificar la temperatura a la que una pieza de madera se formó en un momento determinado mediante el estudio de las proporciones de dos isótopos del Oxígeno, O16 y O18. Resultó ser una herramienta climatológica muy útil y precursora de los estudios sobre el cambio climático. Sin embargo, sus originales contribuciones fueron, de alguna manera, ensombrecidas por la figura de su famoso marido.

Publicó más de 200 artículos científicos y varios libros entre los que destacamos The Uranium People (1979), donde narra la historia de su participación en el Proyecto Manhattan y Past Climates: Tree thermometers, Commodities and People (1983). Leona Woods falleció en 1986 a la edad de 67 años. A lo largo de su vida pasó de niña prodigio a joven fenómeno del proyecto Manhattan, de cuya contribución nunca se arrepintió, para finalmente defender el uso pacífico de la energía nuclear como método de estudio del cambio climático.

Sin embargo, Leona nunca fue una figura relevante de la  física, puede que fuera debido a que trabajó en varios campos divergentes o tal vez, simplemente, a que trabajó a la sombra de dos gigantes: Fermi y Libby.


Recreación libre de la entrevista original de S.L Sanger a Leona Marshall Libby en 1986. Esta recreación ha sido autorizada por el autor.

https://anchor.fm/ciencia-literata/episodes/Leona-Harriet-Marshall-Libby–A-la-sombra-de-Gigantes-ev4m3k

«Courtesy of S. L. Sanger, the Atomic Heritage Foundation and the National Museum of Nuclear Science & History. All Rights Reserved”

Original: https://www.manhattanprojectvoices.org/oral-histories/leona-marshall-libbys-interview

Voces:

Enrique López Marijuan como S.L. Sanger

Isabel del Río Luna como Leona Woods07:45April 25, 2021

2021 © Spotify ABCareers

Bibliografía:

  1. Women in chemistry and physics: a biobibliographic sourcebook by Grinstein, Louise SRose, Rose KRafailovich, Miriam H., 1993 Westport, Conn. : Greenwood Press. (Women in chemistry and physics : a biobibliographic sourcebook : Grinstein, Louise S : Free Download, Borrow, and Streaming : Internet Archive)
  2. Their Day in the sun by Ruth H. Howes & Caroline L. Herzenberg. Temple University  Press, 1999
  3. Sanger, S.L. “Leona Marshall Libby’s Interview.” Voices of the Manhattan Project. 1986. Accessed August 14, 2017 https://www.manhattanprojectvoices.org/oral-histories/leona-marshall-libbys-interview
  4. https://www.womenshistory.org/education-resources/biographies/leona-libby
  5. https://myemail.constantcontact.com/Legacies-of-the-Manhattan-Project-Conference.html?soid=1103767630106&aid=fdNGvzptUvs#LeonaLibby
  6. https://apcentral.collegeboard.org/courses/resources/women-scientists-manhattan-project

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